Tomate
Las prácticas de fertilización tienen una gran incidencia en la calidad del fruto como el aspecto físico, color, su firmeza y su vida de almacén. Estos criterios son particularmente importantes para los tomates destinados al consumo fresco.
El grado y el nivel de estos factores pueden tener un gran impacto en el precio del tomate y su comerciabilidad. Un tamaño aceptable y su clasificación varía con el mercado y en la mayoría de los países existen estándares mínimos.
El sabor del tomate se asocia generalmente con la concentración relativa de azúcares y ácidos en el fruto, principalmente fructuosa y ácido cítrico. La mejor y más sabrosa combinación es un contenido alto tanto en azúcares como en ácidos.
El nitrógeno y el potasio son elementos importantes para el sabor del tomate. Demasiado nitrógeno amoniacal afecta de manera negativa en el sabor. El potasio es el nutriente principal afectando la calidad general del tomate, mejorando la uniformidad de la maduración, el aspecto físico, acidez, y el sabor del fruto.
Los niveles altos de calcio son importantes para mantener la firmeza y prevenir daños causados por ciertas carencias o durante el manipulado y transporte.
Niveles bajos de boro podrán provocar una mala calidad comercial del tomate. El zinc también tiene una función para mantener la calidad del tomate.
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